Gladiolus (Bulbos Gladiolo Wine and Roses) es un género de plantas perennes y bulbosas perteneciente a la familia Iridaceae.
Las especies de Gladiolus (Bulbos Gladiolo Wine and Roses) presentan flores ligera o acentuadamente zigomorfas y hermafroditas.
Pertenece a la categoría Híbridos de flor grande: es la categoría más conocida y popular y la que contiene la mayor parte de cultivares. Son plantas grandes de 9 a 15 dm, con flores triangulares de 6 a 18 cm de ancho, densamente dispuestas en forma alternada y unilateral sobre espigas de 4 a 5 dm de largo. Son de floración estival y, por su altura, en general requieren tutorado. Se cultivan para realizar arreglos florales, para exhibición o, comercialmente, para flor cortada. Esta categoría se divide, a su vez, en varios grupos por el tamaño de las flores, desde los «gigantes» con flores de más de 14 cm de ancho, hasta los «miniatura» con flores de menos de 6 cm.
Necesidades del cultivo
- Temperatura
La temperatura mínima biológica (cuando no hay crecimiento) es de 5-6 °C. Las temperaturas óptimas para su desarrollo son de 10-15 °C por la noche y de 20-25 °C por el día.
Fotoperiodo - El gladiolo florece cuando los días son mayores de 12 horas (se dice que es una especie de día largo), y es una planta heliófila (amante del sol) por lo que requiere bastante luminosidad; si esta es insuficiente las plantas no florecen. Por esta razón, cuando se lo cultiva en invernadero durante los meses de invierno es necesario aportar iluminación artificial.
- Humedad relativa
La humedad ambiental deberá estar comprendida entre el 60 y el 70 %. - Suelo
- Es poco exigente en suelos, pero prefiere los arenosos, bien drenados y con aportes de fertilizante o abonos orgánicos. Si el suelo es arcilloso hay que evitar encharcamientos que son causales de enfermedades. El pH óptimo está entre 6 y 7.
- Cultivo en el jardín
- Los híbridos se plantan en primavera a 8-10 cm de profundidad y a 10-15 cm entre plantas. Para obtener floraciones durante un mayor lapso de tiempo se pueden plantar los cormos escalonadamente. Necesitan de un suelo bien drenado y arenoso y un sitio bien soleado. Es imprescindible regar bien las plantas durante el verano y tutorar a aquellos cultivares con tallos muy altos. Los cormos se arrancan en otoño y se guardan secos durante el invierno, especialmente en zonas de inviernos muy fríos o lluviosos.