Quercus cerris. Roble cabelludo o roble de Turquía.
Quercus cerris. Vegetación:
El Quercus cerris habitualmente más conocido como roble cabelludo o roble de Turquía, se trata de un árbol caducifolio de crecimiento más o menos rápido, siempre y cuando tenga buena entrada de luz y el clima le sea favorable, pudiendo alcanzar entre los 20 a 25 metros de altura, o incluso a 35 metros si las condiciones son ideales.
Su corteza inicialmente de color blanco grisáceo y lisa, haciéndose con los años agrietada, parduzca por el exterior y rojiza en las grietas.
Presenta una copa amplia y generalmente piramidal con mucho ramaje, siendo sus ramillas rugosas, pelosas, angulosas, pardo-rojizas. En cuanto a sus yemas, son oviformes de 2 a 3 mm de longitud, provistas de escamas filamentosas y brotes jóvenes tomentosos.
Sus hojas son coriáceas y pueden ser variables en su forma, de oblongo-elípticas a oblongo-lanceoladas. Estas hojas son lampiñas (es decir, sin pelo), de color verde intenso por el haz y más pálidas por el envés, tomentosas o algo pelosas en los nervios.
Flor del Roble cabelludo:
Este roble cabelludo, produce unas flores que permanecen colgadas de las ramas, de un color intenso amarillo y que pueden alcanzar los 12 cm de longitud y que suelen formarse y verse en la temporada de verano.
Roble cabelludo, ¿Cómo es su fruto?
El Quercus cerris produce unos frutos, que en este caso denominamos como bellotas.
La forma de estas bellotas son ovaladas o elípticas, estriada de hasta 4 cm de largo y de color castaño rojizo en la madurez, solitarias o en pequeñas agrupaciones, sobre un pedúnculo rígido de 0,5 a 1 cm de longitud, cubiertas hasta su mitad por una cúpula formada por escamas lineares revueltas, blandas y tomentosas, teniendo en su conjunto la apariencia de la cabellera de medusa.
Quercus cerris. Cultivo y cuidados:
Deberás orientar a esta planta una media sombra o sombra, sobre todo si estás en un climas cálido como es el mediterráneo y en climas templados a fríos, puedes cultivarlo a pleno sol.
Presenta buena resistencia al frío y a las heladas, llegando a soportar mínimas de hasta -12ºC.
Proporciona un riego moderado todo el año, siendo más frecuente en verano dejando secar el sustrato entre riegos para evitar encharcamientos. Una vez que la planta es adulta y está arraigada en su lugar, tolerará medianamente las sequías siempre y cuando no sean demasiado prolongadas.
El roble cabelludo o roble de Turquía, es una especie poco exigente en cuanto a suelos, aunque prefiere suelos silíceo-arcillosos, que sean profundos, frescos y sueltos o relativamente secos o bien drenados.
¿Dónde plantar tu Roble de Turquía o roble cabelludo?
Es una especie ideal con la que puedes conformar barreras cortavientos dado que sus hojas secas pueden permanecer durante el invierno sobre sus ramas.
Puedes plantarlo de forma aislada en tu jardín o en agrupaciones en caso de disponer de espacio suficiente.
Esta especie aparece escasamente en la Península, con una distribución mediterránea donde escasea por encima de 800 metros de altitud, aunque podemos ver ejemplares sobre todo en la cuenca mediterránea oriental de España.